En casa siempre nos ha gustado la buena mesa. Por eso, es que ahora me animo a compartir esas recetas, que entre nuestra familia y amigos siempre triunfan.
Mi abuela es mi maestra en la cocina, mi madre compartió conmigo sus secretos y algunos de sus libros; y mi suegra pues para no ser menos me enseño que la vida también puede ser dulce.